La financiación combinada ofrece la clave para desbloquear una financiación transformadora a prueba de clima en el sector agrícola de América Latina
La financiación de la lucha contra el cambio climático está atascada.
La transición sostenible, especialmente en la agricultura, se está viendo frenada por la falta de capital riesgo catalizador de los proveedores de financiación en condiciones favorables. Al hacer que los proyectos de transición sean más invertibles, estos proveedores pueden atraer la tan necesaria financiación del sector privado.
Según el Foro Económico Mundial, sólo el 20% de la financiación de la lucha contra el cambio climático procede del sector privado.
Para desatascar la financiación y activarla a escala y ritmo, debemos avanzar en los modelos de financiación mixta y transformar la forma en que colaboran las organizaciones de financiación privada y concesional.
Sólo entonces la financiación de la lucha contra el cambio climático llegará a los países y sectores que más la necesitan, como la agricultura y la ganadería en América Latina, una economía de importancia estratégica para la región y que contribuye enormemente a la emisión de gases de efecto invernadero.
El bloqueo financiero se basa en dos palabras: riesgo percibido. Las inversiones pueden ser muy complejas, sobre todo cuando se centran en nuevos modelos de negocio, sectores o enfoques, pero los prestamistas deben ser flexibles y adaptables.
El problema no es la falta de dinero; hay dinero disponible. Pero tanto la financiación pública como la privada tienen requisitos diversos que impiden su rápida movilización y despliegue a gran escala.
Sin este cambio, los préstamos seguirán fluyendo hacia las zonas menos arriesgadas, no hacia donde la inversión es más necesaria.
En el contexto de la financiación de la lucha contra el cambio climático, los riesgos percibidos se amplifican y afectan aún más a los países en desarrollo.
Según la OCDE, América Latina tiene un déficit de financiación sostenible de 99.000 millones de dólares. Además, apenas el 1-2% de la financiación dedicada a la agricultura la recibe el sector ganadero sostenible en la región, a pesar de que representa el 60% de las emisiones agrícolas.
Todo ello en un contexto de crecientes impactos climáticos que baten récords. Las alertas por incendios en la selva amazónica fueron un 79% más altas en 2024 que en 2023. Las altas temperaturas, impulsadas por el ciclo meteorológico de El Niño, han provocado lluvias récord, con inundaciones repentinas que han devastado vidas y cultivos en toda la región.
Sin embargo, el cambio de abajo arriba no es fácil, y los propietarios suelen tener dificultades para acceder a la asistencia técnica y financiera necesaria para una transición sostenible. Los costes iniciales son un obstáculo para la acción, y los bancos del sector privado pueden mostrarse reacios a conceder préstamos a las explotaciones por problemas de reembolso.

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Aquí es donde entran en juego los modelos de financiación mixta. Al reunir a las partes interesadas de todo el sistema de financiación, estratifican los flujos de financiación respectivos, contrarrestan la naturaleza aislada de los mecanismos actuales y hacen que el dinero "trabaje" más.
Los informes sugieren que hasta 15.000 millones de dólares en fondos concesionales podrían generar más de 280.000 millones de dólares en inversión privada.
La tarea es ingente: Crear un mecanismo agrícola rentable que genere ingresos y, al mismo tiempo, reduzca el impacto sobre el planeta.
Los enfoques de financiación combinada pueden reducir el riesgo de toda la empresa agrícola, garantizando al mismo tiempo que sea rentable, legítima y que cumpla con los métodos de descarbonización y resiliencia climática.
El funcionamiento de la financiación combinada en la práctica puede adoptar muchas formas, pero yo veo tres prioridades principales a la hora de desarrollar los modelos: La asistencia técnica, facilitar eficazmente los flujos de financiación y garantizar el interés del comprador final.
Asistencia técnica
Los propietarios necesitan ayuda para saber por dónde empezar a aplicar las nuevas técnicas de vanguardia. Aquí es donde entran en juego los expertos en uso sostenible de la tierra y los agroeconomistas.
Pueden ofrecer la formación técnica y el apoyo continuo necesarios para aplicar técnicas agrícolas respetuosas con el clima y utilizar las diversas vías de financiación disponibles. A su vez, esta asistencia técnica da garantías a los prestamistas comerciales de que la transición ecológica se está haciendo correctamente.
Facilitar el flujo de financiación
En esencia, el mecanismo de financiación combinada pretende optimizar y reducir el riesgo del capital. Por lo tanto, debe contar con un proceso establecido para facilitar el flujo de múltiples fuentes de financiación pública, con el fin de movilizar capital privado a escala.
Por ejemplo, podría dirigir la inversión de organizaciones filantrópicas a los programas de asistencia técnica, o incluso proporcionar garantías a los bancos agrícolas del sector privado que podrían estar buscando financiar directamente la transición sostenible de la explotación.
Compromiso del comprador final
El mecanismo debe basarse en una financiación transparente y unos sistemas técnicos sólidos que reduzcan los riesgos de inversión percibidos y reales en los mercados emergentes, atrayendo así un mayor interés de los compradores finales y garantizando una inversión a más largo plazo.
Cuando los inversores se comprometen a invertir por adelantado mediante acuerdos de compra, alentados por los terratenientes que aplican las prácticas adquiridas gracias a la asistencia técnica, se apoya un sistema positivo que se autoperpetúa. Los terratenientes reciben flujos de ingresos seguros, mientras que la transparencia de la cadena de suministro aumenta en beneficio de los inversores.
El sector del uso del suelo está preparado para la transición ecológica, pero los agentes implicados no pueden hacerlo de forma aislada.
Al crear y ampliar los modelos de financiación combinada, podemos avanzar hacia un ecosistema sólido capaz de satisfacer la creciente demanda de financiación para el clima.
"Hasta 15.000 millones de dólares en fondos concesionales podrían generar más de 280.000 millones de dólares en inversión privada".
Pablo Fernández
Consejero Delegado, EcoSecurities
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